La creatividad reprimida
El artista solo quiere crear y cuando no lo hace se autodestruye con cosas menos importantes pero más dañinas.
He reprimido mi expresión de arte por puro miedo a mi poder.
El artista solo quiere crear y cuando no lo hace se autodestruye con cosas menos importantes pero más dañinas.
La fuerza creativa es tan poderosa que te sientes abrumado con tu propio poder, por eso los artistas que viven su arte más auténtico llegan a lugares estratosféricos, incalculables, exponenciales.
Porque lo que sale de las entrañas del artista es una comunicación sensorial con el receptor. Es decir, no es algo explicable en sí, se siente en el alma.
Por eso pienso que la creatividad es un sentimiento neutral, el cual tú decides si convertirlo en fuego inspirador o consumidor. O lo sacas en forma de expresión artística o lo oprimes y te destruye.
El peor estado del artista es "la parálisis por pensar en crear sin estar creando". Caes en un loop de vivir en tus pensamientos más que en la ejecución.
Pero el tiempo pasa y no perdona, y se convierte en el enemigo omnipresente que te recuerda que no avanzas y te sientes culpable por estar desperdiciando el tiempo. Entonces te prometes que la próxima irá mejor. Con más fuerza, con más pasión, con más todo.
Pero vuelves a caer en el mismo loop, y si te quedas ahí, vas a morir lentamente. En el arquetipo del artista oprimido por el miedo a su propia creatividad.
Lo que queremos ser es un artista que habita su creación, porque la creatividad no toma descansos y el artista no puede parar de crear y no tiene cabeza ni ganas para nada más que vivir la vida como una expresión de su arte.
Por eso es tan potente cuando un artista se expresa como quiere, y recibe admiración. Porque muchos quieren vivir para crear, pero no se atreven a hacerlo y se convierte en una enfermedad del alma.
Y cuando el alma de un artista oprimido se topa con la obra del artista creador, discierne el mensaje, que es una confirmación a lo que ya suponía. Que él también quiere vivir esa realidad.
Muchas veces ese encuentro con la obra de otro artista, genera una iluminación dentro del artista oprimido y se enciende más la llama de la creatividad, que se revolotea dentro de su alma.
Aunque pensamos que tenemos historias diferentes, todos a nuestro modo pasamos por lo mismo.
Eso a lo que llamamos genialidad del artista, no es más que ganarle la batalla al enfrentamiento de la lucha interna diaria, contra la fuerza creadora. O te haces su aliado o la dejas destruirte.
Tu esencia es el recipiente en la que se posa la creatividad, y si se siente segura se mezclan. Pero si no la controlas, te controla.
Para no pertenecer al grupo de los artistas que se dopan de algún modo para no escuchar a su fuerza creadora interior, aquí estoy dándole el lugar que mi creatividad se merece. Para crear el espacio y que no deambule por mi cabeza y se distraiga con la bulla exterior.
El que respeta su arte genera espacio para el Momentum de expresión. El reprimido se asusta tanto de su poder que prefiere no mirarlo.
La creación, como venga, es mejor que esperar la obra perfecta. La creatividad es sabia y sabe lo que hace, nosotros somos medios que comunican el mensaje al mundo desde las entrañas.
Me encantó. Rescato esa partecita de la creatividad oprimida que se convierte en enfermedad del alma, también aquella de no poder parar de crear y sobremanera la que mencionas de encendernos a través del arte de otro creador, así como lo haces hoy con este escrito. ❤️✨ Gracias ❤️